Primavera Sound 2019: Coucou Chloe + Fucked Up + Apparat (dj set)

Es cierto que el nombre de Coucou Chloe se está colando entre los jiji jajas de los habituales a los saraos fashion por lo bien que luce en sus redes sociales y porque sus tracks acaban en desfiles de moda (en la New York Fashion Week de Rihanna, por ejemplo). Hasta aquí, nada raro, si no fuera porque Erika Jane también es la responsable de algunos EPs de electrónica más misteriosos que las interpretaciones de la Cábala. Intrigante y sensual, jazzy y experimental, ya sea desde su sello propio, NUXXE, o desde los cenáculos del underground londinense, Coucou Chloe lanza stories musicales (bien de capas, de guiños, de flirteo…) que no podrían estar más sintonizadas con el presente post-internet.

El hardcore, nos dicen, son canciones cortas y directas a la yugular. Pero a Damian “Pink Eyes” Abraham, esa definición se le queda, como casi todo, estrecha. Según él, el género tiene cintura suficiente como para acoger narrativas extensas, de épica dionisíaca. Así lo demuestran las majestuosas óperas punk de Fucked Up, como "David Comes to Life" o su continuación espiritual "Dose Your Dream", en la que el ideólogo de todo esto cede el foco a una recua de invitados que incluye a Owen Pallett, a J Mascis y a la más elusiva de todas las miss america, Mary Margaret O’Hara. Y si semejante crisol estilístico te hace sentir desubicado, no te preocupes. Avanza hasta las primeras filas, y cuando recibas la embestida (literal) de Damian recordarás que, por más que vistan las canciones con armonías wilsonianas y salseo disco, los dominios de Fucked Up siguen siendo los del pogo sin tregua.

Pongamos que vas a contrarreloj por curro. Que tienes un 'deadline' en unas 48 horas para anunciar algo. Un cartel completo de un festival, por ejemplo. Este festival, por ejemplo. Además hay 30 o 40 personas a tu alrededor trabajando al límite para que todo salga bien, a tiempo, perfecto. Y, claro, estás estresado. Es inevitable. Entonces ves que te toca escribir sobre Apparat, alias de Sascha Ring, 33% de Moderat. Así que te pones "The Devil’s Walk", su obra cumbre. Y, de repente, todo se detiene. Sus 10 canciones consiguen lo imposible: abstraerte de tu mundo y sumergirte en otro. Generar armonía. Atmósferas ambient, progresiones de post-rock y crescendos de lagrimilla se van sucediendo hasta que… se acaba el disco y la cuenta atrás se reactiva. Solo te queda imaginar que dentro de unos meses vas a estar viéndole en el Auditori del Fòrum con su nuevo espectáculo. Y no puedes reprimir una sonrisa.